sábado, 23 de mayo de 2009

FERNANDO LUGO: MAL DE TODOS, CONSUELO DE TONTOS

FERNANDO LUGO: MAL DE TODOS, CONSUELO DE TONTOS

TN


Resulta interesante la observación en torno al comportamiento de las autoridades actuales, sean ellas de ministerios, entes o secretarías, en el marco del cumplimiento de sus funciones. Atropellos a la misma Carta Magna, a principios éticos y morales, se volvieron normales en el quehacer de aquellos que ayer nada más eran férreos detractores de conductas inmorales y abusos de otrora autoridades. Quizás los cargos, el poder, la megalomanía y el dinero sean “analgésicos” para criterios de personalidad y valores humanos. Los ayer moralistas, hoy son la misma “cosa” a la que en aquel entonces descalificaban airadamente a través de los medios de comunicación.



Comportamientos totalmente ajenos a la regularidad, demuestran la falsa moral de muchos que hicieron de éticas nada más “hobby” en tiempos en que engrosaban la lista de personas que deseaban ocupar cargos. El mismo vedetismo, y opulencia siguen viviendo los “santos” políticos que de la oposición intrascendente pasaron a ser oficialistas. Los “zoquetes” hacen callar principios. La falta de tino, capacidad, astucia y hasta de experiencia política, los “desnudan” prontamente en cuanto a la realidad de sus verdaderos propósitos, muy lejanos a los intereses generales.



El andar es el mismo, y cesaron totalmente las visiones de quienes veían el pelo en la sopa de los colorados, y hoy no observan las inmundicias dispersadas a los cuatro vientos por los mismos hombres del cambio. La comodidad de los cargos, ayuda a sobrellevar hipocresías y amnesias morales. La fresca viruta, así como el poder enceguecen a muchos, lo que posibilita que la anterior “terrible” corrupción de administradores tenga bastante salud en el actual Gobierno. Nada cambió, solo fueron reemplazadas personas de diferentes afiliaciones e ideologías, primando aún el despilfarro, financiación de eventos políticos, nombramientos politiqueros, y la caradurez de algunos que intentan argumentar falencias, mediante recuerdos de similares situaciones, pero en esferas de otro partido. Mal de todos, consuelo de tontos.



Los especímenes actuales de la fauna gubernamental, provienen de la misma “familia” de quienes se fueron, o en todo caso de quienes están más quietos, y menos soberbios. No existe una percepción macro de que haya llegado otro Gobierno. El desperfecto “cambio” es fruto de las desviaciones de quienes hoy son los que manejan los hilos del Estado. Fernando Lugo quizás tenga buena intención, pero está rodeado de erráticos, ineptos, inexperientes y “dudosos” en su primer anillo. Así no se puede sostener un Gobierno que prometió demasiado, para tan poco andar. Basta con conversar con la gente común y corriente, que creyó firmemente en la renovación del país, y se puede percibir concretamente que la decepción ronda el arrepentimiento de la elección.



Este aspecto debe despertar un interés mayor desde la esfera de poder, teniendo en cuenta que a la misma falta de apoyo en el legislativo, se puede sumar la falta de credibilidad en la misma población. Y este si sería el detonante para empezar a hablar de desestabilizaciones. Ocuparse en proyectar inmediatas medidas para mitigar los mayores males de la ciudanía es lo más razonable a ser emprendido, incluso con anuencia de quienes con pocas neuronas y con escaso nivel de yodo “orientan” a Lugo Méndez.



Existe un solo trayecto para dar respuestas a las necesidades generales, el trabajo objetivo, sin miramientos políticos o ideológicos. Esta democracia que eligió a los dirigentes, debe ser enaltecida por quienes obtuvieron ese crédito de gobernar al país en medio de una esperanza que se marchita día a día. Toda responsabilidad apunta al Mandatario, pues solo intenciones no sirven para llevar al Paraguay al efectivo cambio. De buenas intenciones está repleto el camino del infierno. Y a este ritmo, de confusión, incertidumbre, añoranzas pueden surgir.



No solo gritos o lágrimas, sirven para satisfacer necesidades de fuentes de trabajo, de mayor seguridad, y salud. Se necesita mayor interés y dación. Es momento de sacar el patriotismo que en algún momento dado se dijo tener, si es que verdaderamente existe, y no fue una “mentirilla” más cubierta con la sotana.

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