El Vaticano admite que hay 20.000 curas pedófilos como Fernando Lugo

El Vaticano admite que hay 20.000 curas pedófilos como Fernando Lugo

Un cardenal reconoce que un 4% de los sacerdotes ha cometido este “crimen"

El cardenal prefecto de la Congregación para el Clero del Vaticano, Claudio Hummes, ha cifrado en un 4% la cantidad de curas pedófilos en la Iglesia. Teniendo en cuenta que en todo el mundo hay cerca de medio millón de sacerdotes, el dato significa que 20.000 sacerdotes padecen lo que la RAE define como “atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”. La Iglesia, ha dicho Hummes, “no puede cerrar los ojos” ante este problema....

Hummes ha calificado la pedofilia como “un crimen terrible”, insistiendo en que “no hay sitio en el ministerio sacerdotal para las personas” que lo “han cometido”. “La Iglesia no puede aceptar los casos de pedofilia; los culpables deben ser punidos tanto por las leyes civiles como con las canónicas”, ha declarado.

Salva a la mayoría
A pesar de admitir tan alarmantes cifras, el cardenal ha eximido de culpa a la mayoría del clero que “no tiene nada que ver con estos problemas”, informa Europa Press. Hummes también ha insistido en que la Iglesia “debe reaccionar y no aceptar” que se dé esta imagen “con un preconcepto negativo muy fuerte que humilla y hiere a la inmensa mayoría de los sacerdotes”. Y es que, aunque sea minoritaria porcentualmente, la cifra es altamente significativa y ha costado a la Iglesia una sangría de fieles con el consiguiente, aunque siempre menos importantes que las víctimas, descenso recaudatorio.

Celibato
Cambiando de parcela, el prefecto de la Congregación para el Clero ha abordado el tema del celibato, admitiendo que un porcentaje importante de sacerdotes no lo “respeta”. Casi todos son, sin embargo, “hombres dignos y honrados” que “se baten por la dignidad humana”, ha sentenciado.

Pederastia e Iglesia
Casos de pederastia como el de los Legionarios de Cristo, Estados Unidos, Australia y, más recientemente, Irlanda -donde 2.000 personas testimoniaron los abusos sexuales padecidos en instituciones católicas- han minado notoriamente el prestigio de la jerarquía católica. No sólo por la comisión de delitos en sí sino por su cobijo dentro del Vaticano, cuyos representantes incluido el mismo Papa les condenan sin llegar, en todo caso, a cooperar con la Justicia en la medida deseable.