miércoles, 22 de julio de 2009

SIGUEN REPERCUSIONES CASO EMBAJADOR DE FERNANDO LUGO FOTOGRAFIADO EN ORGÍA

SIGUEN REPERCUSIONES CASO EMBAJADOR DE FERNANDO LUGO FOTOGRAFIADO EN ORGÍA
http://www.ultimahora.com/home/index.php?p=weblog_detalle&idBlogPost=2097

DESPEDIDA DE SOLTERO
Akâpete
Por Miguel H. Lopez

mlopez@uhora.com.py

Me hubiera gustado estar en esa fiesta, en la de Armando Espínola. La fiesta profana donde aparecía rodeado de mujeres muy alegres, en posición de ataque o desnudas. Me gustaría. Me hubiera gustado. Palabras más, palabras menos, es lo que dijeron (o por lo menos pensaron) los muchachos a lo largo y ancho del país. Abiertamente o en voz baja, hasta los políticos de Palacio de Gobierno ejercitaron cierta envidia sobre lo que uno imagina pudo haber sido el desenlace de aquella "despedida de soltero" (como la llamó el propio protagonista).


Sí. Así nomás.


Una vieja frase señala que esta es una sociedad que se esconde para hacer el amor, pero permite odiar a la luz del día (y aclaro que la frase no es mía, por si acaso me acusen de plagio como recientemente a un colega). Esto nos remite a sondear las maneras patéticas en que actuamos ciudadanos comunes y "de primera" sobre las cosas que todo el mundo hacemos en menor o mayor proporción, pero tratamos de ocultar por temor a asustarnos de nosotros mismos.


Me apresuro a aclarar que Espínola no es santo de mi devoción por su mala gestión política, la defensa de dudosa reputación hecha en su momento desde el Legislativo hacia el procesado ex presidente Wasmosy; y por sus posiciones que casi nunca beneficiaron a los intereses de la mayoría.


Lo del ex senador, ahora también ex embajador, es una gran lección.


En homenaje a la racionalidad, hay que reconocer que violaron su intimidad. Lo que haya hecho o dejado de hacer en el ámbito particular, es asunto suyo y de quienes lo rodean, para bien o para mal. Si esos actos no lesionan asuntos que hacen a la función pública, no afectan a cuestiones de Estado. No incumben a la mayoría. Es más, mejor prueba de ello es que la mentada fiesta ocurrió siendo aún senador de la República, hace un año, y entonces nada pasó, o sea, no afectó nada fuera de las cuatro paredes. Para el morbo popular, sí. En estos casos ni el más férreo argumento de la libertad de expresión -tan amplio, pero no ilimitado- puede esgrimirse, porque es un asunto privado.


No discutiré los argumentos moralistas y moralinos. Porque si fuera así, las mujeres de escotes amplios, vestidos al cuerpo o los varones con ropas ajustadas, deberían ser condenados por exhibir o insinuar "zonas pudendas". Macana.


Al final, el Ejecutivo le presionó para que renuncie, cosa que debió hacer al día siguiente de las publicaciones por respeto a su familia.


Y ahora cabe preguntar, ¿violar deliberadamente los derechos del niño como hizo el presidente Fernando Lugo con su rehuida paternidad es menos grave, que una privadísima "despedida de soltero". Ahórrese la respuesta. Gracias.

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