jueves, 14 de mayo de 2009

MAS SOBRE FERNANDO LUGO: CURAS Y PEDERASTIA

MAS SOBRE FERNANDO LUGO: CURAS Y PEDERASTIA

No pienso generalizar, y desde luego, sería una injuria muy grave identificar curas y pederastia. Estoy seguro que muchos de los que lean esta noticia conocerán a algún sacerdote que no tiene nada que esconder. Sin embargo, al igual que en todas las profesiones (cocineros, electricistas, bomberos, filólogos, políticos, periodistas, informáticos... esto último no, que si no arcangel me mata) en todas las profesiones hay ovejas negras, y el sacramento del sacerdocio no es una excepción. Ni mucho menos.

La Iglesia Vaticana, Católica, Apostólica y Romana (y me refiero a su cúpula) ha silenciado durante muchos años estos casos uno de los más exhecrables y denigrantes crímenes que existen: la pederastia. No la han propagado, ni promocionado. Ni siquiera la han justificado, pero la han perdonado. Durante estos últimos años han ido saliendo a la luz miles de casos de niños (particularmente en EE.UU.) a los que se ha violado salvajemente, y los agresores han sido sacerdotes e incluso Obispos. La Iglesia Católica pueo haber cortado de raíz esto echando de su institución a estos criminales, pero prefirió aplicarles el perdón cristiano y mantenerles en su institución. E incluso se ha dado orden de ocultar los casos de pederastia, por el perjuicio que eso pudiera causarle a la Iglesia Católica. Y eso es un error.

Desde nuestra querida Radio en Propiedad de los Obispos se ha hablado en otros asuntos de Efecto Llamada. ¿No cabría en el caso de la Iglesia hablar también de Efecto Llamada? Hablamos de un oficio en el que, cuanto más pequeños, los niños pueden acabar creyendo ciegamente lo que diga el pederasta, y creyendo que lo que les pueda hacer es por su bien. El lugar perfecto para un pederasta. Por ello, de nuevo, debemos exigir a la Jerarquía Católica que limpie sus iglesias (y lo que es más importante: SU CONCIENCIA) de estos criminales. ¿Que siempre se puede escapar alguno?

Cierto, como en todas las profesiones; nadie critica a los médicos porque entre ellos aparezcan esporádicamente los "doctores muerte", pero de ser descubiertos, estos son repudiados y denunciados por sus colegas y superiores.

Todo este rollo papatero viene a cuento porque ha aparecido un sacerdote entre los 33 consumidores de pornografía infantil (vídeos en los que se graba a menores cometiendo actos sexuales) detenidos hace unos días.

Y porque acaban de sentenciar a un sacerdote estadounidense (en este caso un protestante) el reverendo Paul LeBrun, a 111 años de cárcel por "tres cargos de abuso de menores y otros tres cargos de conducta sexual con un menor".

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