Fernando Lugo está perdiendo rápidamente la confianza de la ciudadanía, de acuerdo a diversas encuestas. A diez meses de iniciado su mandato el 40% de la población tiene una opinión negativa de el y además un 31,1% sostiene que en los últimos seis meses su percepción empeoró. Curiosamente, aunque no es de extrañar, los que dicen tener una imagen positiva del primer mandatario son, en su mayoría, personas del interior y de escasos recursos.
Potencialmente, como ocurre con otros países como Venezuela y Bolivia, los sectores más necesitados son los que respaldan políticamente al presidente de la República para mantener los beneficios que ahora reciben de las instituciones del Estado, a través de subsidios de todo tipo.
Tomemos como ejemplo el problema que aflige a CDE. El Gobierno paraguayo abandonó las negociaciones con el Brasil sobre la denominada Ley de los sacoleiros o Régimen del Tributo Unico RTU, demostrando su total falta de interés hacia una cuestión que podría solucionar gran parte de los problemas de la capital departamental.
A raíz de ello, Brasil sigue asfixiando al comercio local, lo cual desemboca en el cierre de negocios y el despido de miles de empleados. Los cancilleres nacionales al parecer no tienen ninguna directiva de Fernando Lugo sobre el punto. Mientras el mandatario se pone duro respecto a las negociaciones sobre Itaipú, congeló todos los demás temas de discusión con su homólogo brasileño, Luis Inácio Lula da Silva.
El presidente debería ser consciente de que el tema Itaipú no será solucionado en un año, ni en dos, por lo que no se puede postergar otros temas de suma urgencia, que podrían ser resueltos en pocos meses, como por ejemplo la reglamentación del RTU. Esta ley de sacoleiros ya fue aprobada en el Brasil, lo que faltan son detalles técnicos, donde la colaboración paraguaya es imprescindible. Resulta entonces increíble la falta de interés del Gobierno en lograr la aprobación de esta normativa, que tanto beneficio puede traer a CDE y a todo el departamento.
¿Porqué el jefe de Gabinete de Lugo, Miguel Angel López Perito, durante su reciente visita al Alto Paraná, no se interesó en el estudio del RTU? ¿Porqué limitarse a una reunión con agitadores sociales y denostar contra una ley que puede beneficiar al 80% de la población?
Está visto que a esta gente sólo le interesan las cuestiones ideológicas, donde fingen estar defendiendo la soberanía nacional, mientras silenciosamente persiguen otros fines.
Si Fernando Lugo cree que beneficiando a los campesinos con subsidios solucionará todos los problemas del país, está rotundamente engañado. Es importante que las autoridades locales y departamentales, y la ciudadanía en general, empiece a movilizarse y decirle presente al jefe de Estado, que tiene a CDE y al Alto Paraná totalmente abandonados.
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