martes, 26 de mayo de 2009

FERNANDO LUGO: EL PEDERASTA Y LA CIA

FERNANDO LUGO: EL PEDERASTA Y LA CIA


Una vez más, la rápida y enérgia intervención de la CIA salvó hoy a Fernando Lugo de su destitución por juicio político.




EL NED, que con tanto entusiasmo apoya en Paraguay al pederasta confeso Fernando Lugo, es también conocido como el banco de la CIA.


En el conocido poema de Alberto Arvelo Torrealba aunque al diablo “Negra se le ve la manta/ negro el caballo también/ bajo el negro pelo'e guama/ la cara no se le ve”. Algo similar sucede con la Nacional Endowment for Democracy (NED). Bajo su supuesta condición de organización “independiente y privada”, la organización que funciona como brazo financiero de la CIA, intenta ocultar los verdaderos fines para los que fue creada.
Surgida en 1983, la Fundación Nacional por la Democracia fue concebida tras develarse, en febrero de 1967, que la CIA financiaba —a través de otras “privadas e independientes” fundaciones—, programas de la sociedad civil estadounidense como la Asociación Nacional de Estudiantes y de organizaciones extranjeras como el Congreso por la Libertad de la Cultura. Según el ex agente de la Agencia Central de Inteligencia, Philip Agee, en abril de ese mismo año, Dante Fascell, miembro de la Cámara de Representantes por Miami, muy amigo de la CIA y de los cubanos de Florida, presentó un proyecto de ley para la creación de una nueva fundación “abierta” que desempeñara, en cuanto a financiamientos se refería, el papel que hasta entonces había jugado la Agencia.

Aunque la CIA no dejó de financiar acciones encubiertas en los llamados países enemigos, —recuérdese el golpe de Estado de Chile en 1973— el sueño diseñado por Dante Fascell no se hizo realidad hasta el advenimiento de la fundamentalista administración Reagan.

La National Endowment for Democracy, surgida en plena guerra sucia contra Nicaragua, se ha dedicado, desde su aparición hasta hoy, a financiar la subversión y la injerencia en otras naciones. En marzo de 1997, The New York Times dijo sobre ella: “la Fundación Nacional para la Democracia, fue creada hace 15 años para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho subrepticiamente la Agencia Central de Inteligencia durante décadas, gasta 30 millones de dólares al año para apoyar partidos políticos, sindicatos, movimientos disidentes y medios noticiosos en docenas de países…”

La NED, a lo largo de toda su historia, le ha servido de banquero a la CIA y ha repartido su dinero entre organizaciones como Desarrollo del Trabajo Libre (AIFLD), una entidad usada durante décadas por la Agencia para subvertir los sindicatos laborales progresistas, así como para ayudar a organizaciones laborales de derecha y centro en su oposición a sindicatos pro trabajadores en naciones como Francia, Portugal y España.

Aunque en 1984 —luego de que esa institución usara sus fondos para ayudar a un candidato a la presidencia de Panamá apoyado por Manuel Noriega y la CIA—, el Congreso emitió una ley que prohibía el empleo de los fondos de la NED “para financiar las campañas de los candidatos a puestos públicos en el gobierno”, la Agencia no abandonó tal práctica. La financista de la CIA prosiguió ofreciendo su “democrática” ayuda a procesos electorales en Nicaragua en 1990, Mongolia en 1996, y ayudó a derrocar los gobiernos elegidos democráticamente en Bulgaria en 1991 y en Albania en 1992. De igual forma, desde finales de la década de 1990, apoyó en Haití a los grupos derechistas que se oponían al presidente Jean-Bertrand Aristide.

Un capítulo aparte de la guerra sucia que realiza la NED es referente a Cuba. Como ha escrito también el ex agente de la CIA Philip Agee: “a principios de los años 80, se tomó la decisión de que se requería más que las operaciones terroristas para imponer un cambio de régimen en Cuba. El terrorismo no había funcionado, ni la invasión de Playa Girón, ni el aislamiento diplomático de Cuba que había disminuido de a poco, ni el embargo económico. Ahora Cuba sería incluida en un nuevo programa mundial para financiar y desarrollar organizaciones no gubernamentales y voluntarias, de lo que llegaría a ser conocido como la sociedad civil dentro del contexto de las políticas neoliberales globales de EE.UU. La CIA y la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) jugarían un rol crucial en este programa así como una nueva organización establecida en 1983: The National Endowment for Democracy (NED) (Fundación Nacional por la Democracia)”.

Con el objetivo de derrocar a la Revolución cubana, la NED financia hoy una docena de organizaciones contrarrevolucionarias cubanas entre las que encuentran la Federación Sindical de Plantas Eléctricas, Gas y Agua en el Exilio o la revista Encuentro, una publicación que se edita en Madrid y a la cual beneficia con 95 000 dólares anuales.

UNA “CUASI GUBERNAMENTAL” AGENCIA

Después del discurso pronunciado por el presidente George W. Bush en la sede de la NED a propósito de su aniversario 20, a las agencias de prensa internacionales no les quedó más opción que enmendar el difundido epíteto con que se reconoce a dicha institución. Con cierto pudor, sin duda, en vez de referirse a ella como una organización “independiente y privada”, los medios prefirieron definirla como una organización “cuasi gubernamental”.

Pero lo de “cuasi gubernamental” no es más que un mito. Autodefinida como “una fundación bipartidista no lucrativa que ayuda al soporte y desarrollo de la democracia en el exterior a través de organizaciones no gubernamentales y sus cuatro institutos afiliados: el American Center for International Labor Solidarity (ACILS), el Center for International Private Enterprise (CIPE), el International Republican Institute (IRI), y el National Democratic Institute for International Affairs (NDI)”, la NED, en su página web, no deja de señalar que “recibe una consignación anual del Congreso de EE.UU.”.

“De hecho —apunta William Blum en su libro A Guide of The World’s Only Superpower [Estado de Colorete: Una Guía de la Única Superpotencia Mundial] —virtualmente cada centavo de sus fondos proviene del gobierno federal, como lo indican con claridad las declaraciones financieras en cada número de su informe anual. A la NED le gusta considerarse una ONG (Organización No Gubernamental) porque esto la ayuda a mantener cierta credibilidad en la arena internacional, algo que una agencia oficial del gobierno norteamericano no tendría. Pero la categoría de ONG es en este caso inapropiada. La NED es una OG. Allen Weinstein, el hombre que ayudó a pasar la legislación donde se establecía a la NED, fue bastante cándido al expresar en 1991: “Mucho de lo que hacemos hoy lo hacía ya hace 25 años la CIA de manera encubierta. En efecto, la CIA ha lavado su dinero a través de la NED”.

Otro de los argumentos que se suelen usar para calzar la supuesta independencia de la NED es apelar a su carácter bipartidista. Aunque a nadie le queda ya duda de lo impreciso que suele resultar ese término en EE.UU., el solo hecho de la presencia de Bush en su aniversario 20 dice mucho de su presunta independencia. En esa ocasión, el presidente Bush dejó claro cuál era el papel de esa institución en Iraq: “La National Endowment for Democracy, dijo, está promoviendo los derechos de la mujer y la capacitación de los periodistas iraquíes, y enseñando las aptitudes de la participación política”. Ahora sabemos cómo se defiende la democracia y la libertad en ese país: mediante la práctica de la tortura, el cierre de periódicos y estaciones de televisión o colocando al frente del gobierno nada menos que a un antiguo agente de la CIA.

Por si fuera poco, el candidato demócrata Jonh Kerry se comprometió en la pasada convención demócrata nada menos que a: "triplicar la asistencia para el National Endowment for Democracy ―un programa que proporciona ayuda económica para promover la democracia en el mundo”.

LA CIA Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Hoy se sabe que el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, y el sabotaje petrolero que causó pérdidas a la Venezuela por más de 10 mil millones de dólares, fueron acciones que contaron con el apoyo de personalidades del Departamento de Estado y del National Endowment for Democracy (NED). El vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, reconoció abiertamente, en febrero pasado, que el Gobierno de EE.UU., a través del Instituto Nacional Demócrata (NDI), ayudó financieramente a grupos que supuestamente trabajan en promover la democracia y fortalecer la sociedad civil en Venezuela. Entre estos grupos se encuentran la CTV, Momento de la Gente, Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), Consorcio Justicia, Asamblea de Educación, Acción Campesina, Liderazgo y Visión, organizaciones que cerraron filas a favor del golpe de Estado de Pedro Carmona en abril de 2002.

Solo el año del golpe, la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) del Departamento de Estado, desembolsó 2 millones de dólares para apoyar líderes e instituciones antichavistas. Entre 2002 y 2003 el gobierno de George Bush destinó, a través de la NED, 800 000 dólares, para “promover la democracia en Venezuela”. Los fondos fueron destinados a la Central de Trabajadores, Momento de la Gente, Instituto de Prensa y Sociedad, Primero Justicia, Liderazgo, Visión y Acción Campesina, como consta en su página web. La NED también ha financiado al Centro de Justicia y Derecho Internacional (CEJIL), para que promueva denuncias contra el Gobierno venezolano ―en materia de derechos humanos― ante el sistema interamericano.

Pero, sin duda, el caso más conocido que involucra a esta agencia es el de Súmate, el grupo que organizó el megafraude de la recolección de firmas para el referendo contra Chávez. “Súmate” recibió 53 400 dólares de la NED bajo el supuesto compromiso de entrenar “a los ciudadanos en Venezuela en el proceso electoral y promover la participación en el referéndum”.

Hasta ahora, la “democrática” ayuda financiera de la NED solo ha servido para violentar la constitución vigente, incrementar las campañas de mentiras contra el proceso bolivariano, sufragar el sabotaje económico, comprar firmas falsas y realizar toda clase de manipulaciones y fraudes.

Como es de esperarse, la próxima jugada de la oposición, que paga la NED (CIA), será poner en entredicho la aplastante victoria que recibirán en el referendo de parte de los partidarios de la Revolución bolivariana. En una burda imitación del golpe mediático protagonizado por la cadena Fox News durante las elecciones en EE.UU. del 2000, los opositores ya han anunciado que darán a conocer en algunos estados el veredicto electoral antes que el Consejo Electoral Nacional lo haga.

Por otra parte, según un despacho noticioso publicado por el periódico español El Mundo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha declarado que ya “tiene planes para contrarrestar las intenciones de Chávez de convertir a América Latina en una réplica de Cuba”, en caso de que gane el referéndum del 15 de agosto.

Teniendo en cuenta su historial, dichos planes pueden comprender desde aumentar su inversión monetaria en incrementar la desobediencia civil, la utilización de nuevos grupos paramilitares, la creación de conflictos con la vecina Colombia, o hasta satisfacer la petición del ex presidente Carlos Andrés Pérez de matar a “Chávez como un perro”.

Solo la rotunda e indiscutible victoria del pueblo venezolano en las urnas frenará, otra vez, las diabólicas maquinaciones de la CIA y sus sucursales. Como expresó recientemente el presidente Chávez: “El 15 de agosto tenemos que dejar bien claro ante el mundo cuál es la posición de la mayoría del pueblo venezolano. El domingo se decidirá si Venezuela sigue siendo un país libre o se convierte en una colonia de EE.UU.”.

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